4.18.2016

MENTORING: BUSCANDO ACOMPAÑAMIENTO

“No lo intentes. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.”
Maestro Yoda, “Star Wars”

En el libro La Odisea, del considerado primer poeta occidental Homero, el héroe Ulises parte a la guerra y debe ausentarse por un largo período durante el cual encarga la educación de su hijo Telémaco a su amigo Méntor. Es así que durante largo tiempo Méntor asume el rol de tutor, orientador y guía. Méntor es un sabio experimentado que conduce y aconseja a Telémaco para que desarrolle y potencie sus habilidades, sus talentos, para que crezca no sólo como individuo sino como líder. Todo ello se desarrolla en un ambiente de confianza, respeto y lealtad. Méntor hace reflexionar a Telémaco, le acerca el conocimiento, le plantea retos para potenciar sus talentos. Méntor no inculca, no da clases magistrales, sino que emplea la conversación para que el discípulo aprenda por sí mismo, y de este modo, llegue a convertirse en un líder eficaz y en un hombre que piensa en libertad y busca su propio camino.
Estos conceptos no sólo se han quedado en la antigua Grecia. Hoy en día, en diversos ámbitos, el concepto de mentor, de mentorear o “mentoring”, se ha tomado notorios espacios. Es así como en los últimos años el concepto de acceder a un mentor a tomado gran relevancia en el ámbito del emprendimiento. Se busca tener un acompañamiento, el monitoreo de alguien que evalúe las bases de nuestro modelo de negocio, o de las estrategias para su despegue o escalamiento, alguien que pueda opinar qué estuvo bien o mal, y en qué pudiera mejorar.
Un mentor es quien ayuda a llevarnos a la excelencia, basado y respaldado en su propio camino recorrido, en su historia de éxitos y fracasos (leí hace unos días en Twitter a alguien que decía que “a veces había tenido éxito y otras había aprendido”). Un mentor es alguien que guía, aconseja, informa, transmite sus experiencias y los métodos que a él le han resultado. Un mentor supervisa (“súper-visión”: ver lo que otros no pueden ver), es quien ayuda a potenciar las fortalezas y mejorar las debilidades del “mentoreado”. Un buen mentor tratará de fortalecer las capacidades del otro, y al igual que el mismo Méntor, buscará hacerlo en un ambiente confianza, respeto y lealtad.




Para ser mentoreados -como emprendedores o personas- debemos en primer lugar entender el aprendizaje como un proceso continuo y permanente, comprender al proceso de gestión del conocimiento (ya tendremos tiempo para referirnos a la “gestión del conocimiento”) como algo consciente y deseable. Sólo cuando sabemos que no sabemos (ignorancia se llama esto) estamos en condiciones de aprender, de realizar “emprendizaje” y permitir que otro nos acompañe y nos guíe con su experiencia. Es fácil ir por la vida ignorando que se es ignorante, en apariencia por lo menos es más fácil no hacerse preguntas ni cuestionar nuestras competencias y certidumbres, pero para crecer en habilidades y capacidades el primer paso es descubrir que carecemos de ellas, de dejar por un momento nuestros dogmas y paradigmas y abrir la mente a incorporar nuevas prácticas.
La próxima tarea es entonces buscarnos un mentor: un amigo, un familiar, un colega que haya hecho camino. De manera profesional también podemos buscar entes relacionados: existen programas con apoyo gubernamental a los que podemos acceder, como por ejemplo los Co-Work o las Incubadoras son un buen sitio donde comenzar, también asociaciones privadas como Mentores por Chile o Red de Mentores.