El concepto de sociedad industrial, aquella definida por la “funcionalidad” unívoca del trabajo, caracterizada por trabajos estables y más aún el “ser dueño del puesto de trabajo” como modelo de empleo público parece hoy sólo un sueño que vivieron o tuvieron nuestros padres o abuelos. En esa sociedad industrial los trabajadores permanecían generalmente en un lugar físico determinado (la fábrica, la oficina) para realizar funciones muy concretas y definidas. En cambio, en el mundo de hoy, las actividades asociadas a los trabajadores de la sociedad de la información y del conocimiento se han vuelto mucho menos específicas en términos de ubicación y de las tareas a desempeñar, favorecido y modelado en gran parte por las tecnologías que permiten efectuar buena parte del trabajo de manera virtual.
En el actual contexto de incertidumbre, cambio permanente y a veces caos, cualquier proceso de generación de conocimiento debe generar individuos capaces de poder aprender, trabajar y compartir en prácticamente cualquier contexto, innovando permanentemente en sus propias formas de aprender. Es así, que hace su aparición el concepto de “knowmad” neologismo que combina las palabras know (saber) y nomad (nómada) y que da cuenta del perfil del sujeto capaz de ser un “nómada del conocimiento”. Este término fue creado en referencia a los trabajadores caracterizados por ser innovadores, imaginativos, creativos, capaces de trabajar en colaboración con cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Los knowmads tienen la capacidad de volver a configurar y contextualizar su espacio de trabajo en cualquier momento, intercambiando información e ideas con otros profesionales, lo que genera nuevas ideas, productos y servicios muy diferentes a lo que haría cada uno por su parte.
El paradigma de nuestros días pasa a ser “aprender haciendo”, siendo el énfasis en cómo se aprende y no en los contenidos, en desarrollar la habilidad de aprender constantemente, incluyendo la capacidad de desaprender rápidamente, sumando así nuevos conocimientos e ideas.
De acuerdo a estas definiciones, nos encontramos con la importancia vital en el mundo de hoy, del concepto de “gestión del conocimiento” como herramienta básica de trabajo. Si buscamos la definición, nos encontramos que la gestión del conocimiento es un concepto aplicado en las organizaciones, cuyo fin es el transferir el conocimiento desde el lugar donde se genera hasta el lugar donde se va a emplear. Implica el desarrollo de las competencias necesarias al interior de las organizaciones para compartirlo y utilizarlo entre sus miembros, así como para valorarlo y asimilarlo si se encuentra en el exterior de estas.
Si consideramos las sociedades y los mercados antiguos, la economía estaba sustentada en el manejo de tierras, en otras palabras, la persona que más tierra poseía, era la que podía generar mejores productos. En la actualidad nos encontramos en una sociedad donde los cambios transcurren a un ritmo sorprendente. Lo que hoy día es una ventaja competitiva, mañana se transformará en un requisito del mercado. En estos días, en que mantener una ventaja es casi imposible, es donde las organizaciones deben recurrir a métodos que permitan aumentar estas ventajas. Una de estas ventajas es el conocimiento. La gestión del conocimiento tiene por objetivo administrar estos aprendizajes, logrando que estos sean una ventaja competitiva con respecto a sus competidores.
La gestión del conocimiento analiza desde una perspectiva dinámica el conocimiento existente en la organización. Esto se complementa con el perfil del profesional knowmad, que constituye un pilar fundamental como intraemprendedor y gestor de cambio en la empresa moderna.